sábado, 12 de mayo de 2012

Y todo esto, ¿para qué sirve?

Al final del hito 2 ya teníamos un sistema de reconocimiento de gestos capaz de funcionar correctamente con las manos de diversas personas. Además, implementamos un medidor de confianza y  un sistema basado en un buffer circular que almacena las hipótesis asociadas a los últimos N fotogramas (ahora mismo N =10) y da como gesto reconocido en cada instante aquel que haya aparecido más veces como hipótesis en los N instantes anteriores. Esto introduce un pequeño retardo de aproximadamente medio segundo, pero hace que el sistema sea robusto en las transiciones entre gestos, evitando falsos positivos. De esta forma conseguimos un sistema fiable que puede ser aplicado en una interfaz gestual para el control de algúna aplicación.



Con el sistema actual, aparte de disponer de reconocimiento de gestos también contamos con un sistema de tracking de dedos. Utilizaremos toda esa información para controlar un sistema de menús con varias funciones, como el control de luces, climatizador, reloj y posiblemente música, y aparte un pequeño juego de piedra-papel o tijeras, que resulta idoneo para demostrar nuestra tecnología de una manera divertida. Sobre la imagen de la mano en 48x48 píxeles (después del filtro de mediana, pero antes de efectuar el resto de operaciones de procesamiento, como el escalado) se muestra información de forma gráfica para poder navegar por el sistema.


A estas alturas del curso resultaba demasiado compleja la implementación de una pantalla gráfica al sistema. Al ser un sistema que trabaja a 25 fotogramas por segundo, necesitaríamos una pantalla con la sufciente velocidad de refresco para mostrar una calidad razonable, lo cual hace que hubiera que elegir una pantalla de tipo TFT-LCD u OLED. Ambos tipos de pantalla exigen un sistema electrónico extra relativamente complejo para su funcionamiento. Por ello, finalmente utilizamos la pantalla del ordenador como pantalla del sistema. Eso sí, todos los gráficos los genera el PIC32 por sí mismo, y lo único que hace es mandar en crudo el color de cada píxel (blanco o negro) de una imagen de 48x48 al ordenador, que se encarga de mostrarla por pantalla de forma totalmente pasiva. De esta forma, si en algún momento quisieramos incluir una pantalla al sistema, tan solo necesitaríamos fabricar el hardware adicional y configurar al PIC para que mandara a la pantalla exactamente la misma información que manda al ordenador actualmente.


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